La expresión del fondo hallada en la forma y la aventura de no caer en los formulismos condujo a María Teresa Torras a mirar al arte desde diferentes puntos de vista. Desde lo más artesanal a lo arquitectónico, la obra de la artista adquiere diferentes matices conforme al florecimiento de su manifestación artística. Los primeros años de Torras transcurren en la hostilidad de la Guerra Civil Española. Llegada a la adultez se casa e inmigra hacia Venezuela, donde permanece hasta el día de su muerte.
De espíritu creativo y manos audaces, en principio decidió indagar en la orfebrería. No conforme con esto, obtiene la Medalla de Oro del Premio Nacional de la Artes del Fuego. Su inquieta sed de experimentar la llevó a entrelazar la nobleza del sisal para tejer tapices que más tarde adquieren la forma de naturaleza muerta, de esta manera buscaba representar el paso del tiempo en la naturaleza misma.
En el s. II a.c. existió en Jerusalén un grupo de sacerdotes que condujeron una rebelión contra la represión del judaísmo. Inspirada en este pasaje de la biblia, Torras crea unas imponentes figuras de dos metros de alto que con su presencia irradia la fuerza de un guerrero. Son los llamados Macabeos. Las formas de estas esculturas son bastantes similares, aunque algunas varían en ciertos detalles. La artista emplea diferentes materiales para su elaboración como acero, hierro, madera y sisal. Esta obra la hace merecedora del Sumitomo Marine and Fire Insurance Price III Trienal celebrado en Osaka, Japón.
Más adelante la artista quiso descifrar el lenguaje de su obra, lo hace a través de Código X, un conjunto de figuras en forma de cruz simétrica muy parecida a la letra equis. Trataba de jugar con el movimiento que irrumpía en el espacio. Sofía Imber considera que la sobriedad y la discreción de esta obra compiten con la enorme fuerza simbólica de sus elementos.
En la fase final de su carrera artística Torras experimenta un razonamiento geométrico avanzado, que raya en lo arquitectónico y juega con la geométrico. Producto de esta madurez artística crea unas esferas de acero inoxidable que miden dos metros de diámetro y que sin duda proyecta un diseño perfecto.
Merecedora de premios internaciones en países como Japón, Polonia, República Dominicana y nacionales, la artista no se conformó con una sola manera de manifestar el arte y lo que este hecho representa. Torras tuvo importantes exposiciones individuales en reconocidos museos nacionales como El Museo de Bellas Artes, La Galería de Arte Nacional y El Museo de Arte contemporáneo de Caracas Sofía Imber.
Escrito por: Adriana Torras